El lunes 13 de mayo, sobre las 23:00 en las Islas Británicas se confirmó lo que era un secreto a voces: Roberto Mancini había finalizado su etapa en el Manchester City. La derrota en la final de la FA Cup frente al Wigan Athletic fue la gota que colmó el vaso. Un vaso que rebosaba dudas y desconfianza en la figura del técnico transalpino. Su marcada tendencia defensiva parecía no gustar en las islas, excepto para los aficionados del propio club citizien, que se manifestaban a las puertas del Etihad Stadium para clamar en contra de la destitución de Mancio.
Hagamos un pequeño inciso en el concepto de “juego italiano”. Mucha gente asocia la idea del Calcio italiano al catenaccio, patentado por Nereo Rocco a principios del siglo XX. Siendo esta mentalidad extremadamente defensiva una práctica en desuso en el fútbol actual, contrasta que en la península Itálica haya desarrollado su carrera el entrenador más netamente ofensivo del momento: Zdenek Zeman.
El inconfundible 4-3-3 del técnico nacido en Praga se traduce, cuando se tiene la posesión de la pelota, en dos centrales que defienden en la línea de medio del campo, con laterales que doblan constantemente por banda y apoyan a los extremos del tridente ofensivo. Esta apuesta por el juego de ataque siempre ha asegurado cuatro cosas: espectáculo para el aficionado, una alta cifra de goles anotados,otros tantos encajados y algún despido marcado por la tendencia resultadista del fútbol, donde prioriza los puntos conseguidos, sea de la forma que sea. Si bien el año pasado hizo ascender al Pescara con brillantez, este curso fue cesado de su cargo en la A.S.Roma al estar la squadra capitolina fuera de puestos europeos.
Mientras que Zeman volverá a dirigir a algún equipo de Serie B o C1, donde podrá construir un proyecto ganador con más calma, Mancini aprovechará su buen cartel para acomodarse en alguno de los banquillos que buscarán nuevo dueño este verano. Real Madrid, Mónaco, PSG, Milan, Inter, Roma o Nápoles serían opciones más que probables para la llegada del ex-entrenador del Manchester City. Y es que a pesar del mal juego de sus equipos, un extenso palmarés avala la figura de Il Bello y su inseparable bufanda de turno.
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