martes, 30 de julio de 2013

Alessio Cerci: el desborde hecho jugador

Es el jugador de moda en Italia, el extremo del Torino y últimamente de la nazionale se ha ganado a base de trabajo y talento un sitio en las portadas de la prensa italiana y en las conversaciones futboleras en  los bares, los estadios y los sofas de las casa italianas. Alessio Cerci ha explotado como jugador, convirtiéndose en una referencia en el equipo “granata” y en una alternativa de garantías en la Italia de Prandelli.

Tras crecer en la Roma, ir saltando al Brescia, Pisa, Atalanta, volver a la Roma y marcharse a la Fiorentina, Alessio Cerci llegó el verano pasado al Torino por 2 millones y medio de euros. Sólo una temporada le ha bastado para despejar dudas. En un curso futbolístico ha conseguido llegar a jugar con Italia regularmente y a ser una de las estrellas del Calcio.
Cerci, desde que empezó a despuntar en la Roma, tenía maneras de crack, pese a todo, parecía que se estancaba. La irregularidad fue una carga muy difiícil de superar en varias etapas; sus numerosos cambios de equipo nos indican su dificultad para asentarse en un club cualquiera.
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En su enésimo equipo, el italiano nacido en Velletri, Roma, ha alcanzado su madurez como jugador. En el Torino de Giampiero Ventura ha encontrado su hábitat, situándose en la banda derecha en el ambicioso y vistoso esquema 4-2-4 que emplea el Torino, jugando a la antigua.  Su desborde por la banda derecha, a pie cambiado, se complementa a la perfección con el trabajo y habilidad de Santana en la otra banda, con la labor de box to box de Basha, Gazzi y en ocasiones Birsa, con el poderío en el área del eterno Biancchi o con la movilidad en la zona de tres cuartos de Barretto o Meggiorini. El Torino en sí mismo es un espectáculo en ataque, y Cerci es su estandarte.
El número 11 del Toro destaca principalmente por su descomunal desborde, Jugadores de este corte suelen ser irregulares, ya que el regate frenético requiere  explosividad difícil de mantener durante una temporada completa y la inspiración es crucial. Cerci ha mantenido el nivel y no se ha escondido en ningún momento. Sus regates suelen ser hacia dentro, dejando a los defensores clavados con sus recortes y cambios de ritmo. No es un regateador de muchas florituras, él es un hombre eléctrico, que no entiende de relajaciones cuando el balón circula por sus pies, y menos aun cuando divisa el área contraria.
A su regate mágico suma su velocidad. Posiblemente es uno de los jugadores más rápidos del Calcio. En pocos, o más bien en nulos partidos, el defensa que le marca puede igualarle a la hora del “sprint”. Vive de los balones en largo que le sirven sus compañeros o de sus propios autopases al hueco. Es muy difícil de defender, pues sus rivales nunca saben si regateará cual brasileño inspirado o si iniciará la carrera cual galgo descontrolado. A sus aptitudes en lo que se refiere al desborde, añade su fenomenal definición. Aunque no es delantero, está acostumbrado a llegar al área contrario y le sobran recursos para dirigir sus disparos a las redes. Es una amenaza constante, los marcajes individuales que le han puesto a lo largo del año dan fe de ello.
Por último, y no menos importante, Cerci es un luchador en el campo. Sabe cuando debe ponerse el mono de trabajo y cumple ayudando al lateral, normalmente Matteo Darmian. Su velocidad le permite llegar a las coberturas y a salir rápidamente a la contra tras recuperar la posesión.
Este es Alessio Cerci, el desborde hecho jugador. Parece que ha explotado definitivamente como extremo derecho y apunta muy alto. Sus 25 años dan razones para creer que su progresión puede seguir un camino exponencial. Le han relacionado con grandes como el City o el Milan. Todo se andará, y Cerci seguirá volviendo locos a los defensas y entrenadores. Un lujo verle jugar.
Nicolás Rein.
Twitter: @NicoRein7 | Correo: nico.elfutbolesnuestro@gmail.com

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