El Calcio, la cuna de la táctica, del orden colectivo por excelencia, de los partidos que se deciden en área propia y de los partidos de pizarra de 1 a 0. Su esencia ha quedado, por suerte para los amantes de este deporte, un poco alejada respecto a la del siglo XXI.
Porque todo cambio, siempre que sea hacia un aspecto mejor, siempre es bienvenido. Equipos que rechazan en cierta medida los valores del “catenaccio” y pretenden hacer un fútbol más vistoso y ganarse el respeto por su juego, y no por resultados. Aunque jugando bien al fútbol, también se gana, y en este periodo futbolístico en el que estamos sobran ejemplos.
El ADN del fútbol italiano viene marcado por equipos históricos formados de atrás hacia adelante, como aquel maravilloso Milán de finales de los 80 y principios de los 90, en el que, sus virtudes, entre otras tantas, eran una fiabilidad defensiva altísima (Maldini, Baresi o Tassoti) con una grandiosa técnica para tirar el fuera de juego y numerosas maravillas individuales en mitad de campo y en la punta de ataque (Savicevic, Van Basten, Gullit o Rijkaard).
O la Juventus de mitad de la década de los 90,con Marcelo Lippi como entrenador más destacado : defensas experimentados como Ferrara y Montero y un portero seguro como Peruzzi apuntalaban la zona defensiva. De ahí para arriba destacaban los del Piero, Deschamps, Vieri y un tal Zinedine Zidane.
Pero no nos remontemos tan atrás en la historia del fútbol italiano. Vayamos a comienzos de siglo. El ya mencionado AC Milán comenzaba a demostrar su poder en el Calcio a partir de 2003 con una mentalidad algo distinta, con menos preferencia por lo defensivo (aunque seguía latente) y más atención a su poderío goleador ,muy bien personalizado en un jugador fichado del Dynamo de Kiev en el verano de 1999,Andriy Shevchenko. El zar ucraniano estaba muy bien acompañado con jugadores de la talla de Inzaghi, Rui Costa, Gatusso, Seedorf o Pirlo, dirigidos por el técnico Carlo Ancelotti.
Tras los escándalos de amaño de partidos por parte de la Juventus sobre el año 2005,los Escudettos ganados por la Vecchia Signora serían adjudicados en los despachos a otro equipo de la ciudad de Milán, el Inter, el cual comenzaría su auge en Italia durante los siguientes 3 años y alcanzaría el prestigioso triplete en 2010 de la mano de José Mourinho.
Mientras tantos sus vecinos milanistas seguían por su senda triunfal en Europa, cayendo en aquella fatídica final de Champions en Estambul en 2005 ante los pupilos reds de Rafa Benítez y pudiendo tomarse la revancha en Atenas dos años después.
Es a partir del año 2011 cuando comienza a ver un cambio más significativo en cuanto al estilo de juego que ha caracterizado a los italianos durante tanto tiempo. La Juventus de Turín, tras su vuelta a la máxima categoría en la temporada 2007/2008 , comenzaba a cultivar un cambio generacional y estilístico de la plantilla. Antonio Conte cogía las riendas del equipo un 31 de mayo. Las oficinas empezaron trabajar, y consiguieron armar un competitivo equipo para la temporada que se iba a avecinar.
Algunos de aquellos fichajes son la estructrura del actual equipo : Vidal, Matri, Quagliarella, Vucinic, Lichsteiner y por supuesto, el gran artífice del atractivo juego de este equipo : Andrea Pirlo. Pirlo, ese jugador que llena estadios y tiene a millones de personas pegadas al televisor, sin pestañear, por si se pierden un ápice de lo que hace este genial ilusionista del balón. El eje central del equipo de Conte.
En torno a Andrea pasan las oportunidades de ganar de la Juve. Un jugador mágico, con una visión del juego periférica y sobrehumana y una técnica de pase a la altura de muy pocos. Uno de los hombres con más talento y elegancia de la historia reciente del fútbol italiano. El culpable del buen hacer de los juventinos, de hacer preguntarse a Gatusso si realmente juega al fútbol cuando le ve tocar el balón y del relevo estilístico del Calcio: goles y toque de balón en la justa medida.
En torno a Andrea pasan las oportunidades de ganar de la Juve. Un jugador mágico, con una visión del juego periférica y sobrehumana y una técnica de pase a la altura de muy pocos. Uno de los hombres con más talento y elegancia de la historia reciente del fútbol italiano. El culpable del buen hacer de los juventinos, de hacer preguntarse a Gatusso si realmente juega al fútbol cuando le ve tocar el balón y del relevo estilístico del Calcio: goles y toque de balón en la justa medida.
La influencia de Andrea Pirlo y el juego que fabrica ha sido modelo de otros equipos durante estos dos últimos años.
La Fiorentina es uno de los equipos que ha querido participar en este cambio en el fútbol del país de la bota. Han dejado atrás los sistemas tácticos y han optado por el arte, la belleza o las jugadas de ensueño. Los Jovetic, Ljalic o Borja Valero pretenden enamorar por el juego, y no por los resultados (aunque lo primero esté implicando lo segundo).
Otro artífice de este hecho es la Roma, la cual depende de la fantasía y las maravillas de su eterno capitán, Totti, y de un Pjanic del que se esperan sus bueños años de Lyon.
Resumiendo, cada día más equipos italianos optan por el ataque y el buen juego, dejando atrás los principios de este fútbol. Empieza el cambio: cerrojo por pincel.
Javier Cordero
Twitter : @javi15195 Correo electrónico: javi15195@hotmail.es
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