martes, 30 de julio de 2013

Los 90' fueron ellos

Coincidieron en la mejor época del fútbol italiano. Los 90′ aún eran tiempos de buena cosecha para la Serie A, donde futbolistas y entrenadores de talla mundial elegían Italia como estación de primer nivel. Con la última etapa pre-Calciopoli descubrimos a dos técnicos diferentes en su técnica, pero iguales en su fin. Al primero de ellos se le conoció como el Paul Newman calcístico, su figura de prototipo italiano (elegante, trajeado, alto, ojos azules…) la mantuvo dentro y fuera del vestuario. Nápoles sirvió de lanzadera para Marcello Lippi, a quien tras conquistar una sexta plaza europea con la entidad napolitana se le abrieron las puertas de la Juventus. A partir de ahí nació uno de los quinquenios más importantes ya no sólo del fútbol italiano, sino de la historia del fútbol europeo. Scudettos (3), Copa de Italia, Supercoppa (2), Champions (tan sólo la de 1996, llegando a perder las dos famosísimas finales contra B. Dortmund y Real Madrid en el 97′ y 98′ respectivamente)… un palmarés que no tendría punto y final con la llegada del siglo XXI. Habría tiempo para más ligas (2), Supercopas (2) y hasta una Copa del Mundo (2006).
Y por otro lado, Lippi se “repartió” los trofeos de la década de los 90′ con nuestro segundo protagonista. Más robusto de carácter, aunque igualmente capacitado para dominar vestuarios, Don Fabio también formó parte del Olimpo. Si antes mencionábamos los cinco primeros años de Lippi, con Capello sucede lo mismo: 4 ligas (1991, 1992, 1993, 1995), Supercoppas (3), Champions (la goleada histórica de 1994 frente al Barcelona, al igual que Lippi, perdió otras dos finales esta vez contra Olympique de Marsella y Ajax en 1993 y 1995 por orden de mención)… una cuantía de galardones para nada esperada tras el “culmen futbolístico” que había supuesto el Milan Arrigo Sacchi unos meses antes. Se permitió el lujo de pasar un año en el Real Madrid, y le bastó para ganar la liga. 
Sin embargo, en Lombardía echaban de menos al Sargento, y aprovechando su discordancia con parte de la directiva madridista, decidió volver a la capital milanesa. Como no podía ser de otra manera, a una personalidad tan testaruda como la capellista le daba igual que “las segundas partes nunca fueran buenas”. Efectivamente el mito terminó ganando al hombre. El Milan terminó en una inaudita décima posición y nunca volvería a saber más del club rossonero. Fabio tardaría poco en volver a demostrar que era uno de los mejores entrenadores que ha parido el fútbol italiano; Roma le esperaba y Capello quería dar la bienvenida a la nueva centuria de la mejor forma: ganando el Scudetto. Y así fue; un club que por entonces tan sólo sumaba 2 ligas en total, rompió una veintena de años en sequía gracias a la mano -dura- de Capello.
lippi-capello

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